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La Era del Cine Porno Mudo


Eran años en los que un cuello o un tobillo desnudo despertaban mil y una fantasías eróticas. Eran los años veinte, cuando el cine mudo y Charles Chaplin estaban en su esplendor pero en el subsuelo se producían las primeras películas pornográficas.
Europa salía de la Primera Guerra Mundial y la burguesía buscaba opciones de ocio.

Ahora en curso de la Universidad Complutense de Madrid revisa esas páginas ocultas del séptimo arte.

"La industria pornográfica era casi inexistente y clandestina. Entre sus clientes había nobles y personas con dinero que apoyaban la producción de estos cortometrajes. En España, por ejemplo, el rey Alfonso XIII a través del Conde de Romanones. Las actrices eran prostitutas y las escenas se exhibían en burdeles exclusivos", señala el critico de cine Juan Pando, quien participa en el curso Palabras de cine mudo.

Los actores y actrices no eran musculados y voluptuosos como en la actualidad. El concepto de belleza era diferente y las temáticas tenían que ver muchas veces con la religión en el caso europeo y con situaciones cotidianas en el estadounidense.


El Confesor, una de las pocas películas españolas que se conserva de la época, escenifica a un cura que se dedica a manosear a sus feligresas.
Se cree que en Buenos Aires, Argentina, se capitalizó la producción clandestina pero se considera que el cine porno nació en Francia como el cine, cinco minutos después.

"La mayoría de las actrices eran orondas señoras y los caballeros presentaban un aspecto escuálido, casi desnutrido. A comienzos del siglo XX las incipientes escenas de cine erótico se distribuían clandestinamente en Europa porque se consideraban ilegales. Se cree que en Buenos Aires, Argentina, se capitalizó la producción clandestina pero se considera que el cine porno nació en Francia como el cine, cinco minutos después", detalla el experto en pornografía, Paco Gisbert.

La primera película pornográfica (exceptuando las escenas eróticas de los primeros años) de la que se conoce fecha es la francesa A L'Ecu d'Or ou la bonne auberge (El buen albergue) de 1908 que narra el encuentro de un soldado y una doncella en un albergue.
La argentina El Sartario, que se centra en los juegos eróticos de un demonio y una ninfa, podría ser incluso más antigua, de 1907.

"Al contrario que en Europa", aclara Pando, "en Estados Unidos las películas porno no incluían el tema religioso. Las historias se desarrollaban al aire libre, en espacios abiertos por la misma capacidad técnica que tenían se mostraba el sexo como una forma inocente de diversión".

El corto Buried Treasure (El Tesoro escondido) cuenta la historia de un hombrecillo esclavizado por los impulsos de su pene que le empuja hacia un tesoro. Seguramente es una obra provocativa y gamberra de los primeros años de Hollywood.

El porno mudo norteamericano, lleno de intertítulos como las películas de Chaplin, aprovecha situaciones cotidianas como la visita de un médico o del fontanero, un clásico en el cine porno.
"Además utiliza espacios naturales, bosques o la playa. En el corto On the beach (En la playa), un mirón termina teniendo sexo con tres chicas", señala Gisbert.

Desde aquellos años la industria del porno se ha desbordado a tal punto que durante algunos años ha llegado a tener más ganancias que el cine convencional.

Para Gisbert la obra maestra del cine porno mudo es un film de dibujos animados, Buried Treasure (El Tesoro escondido), que algunos historiadores han llegado a atribuir a Walter Lanz, el creador de El pájaro loco o a los creadores de El gato Félix.

"El corto cuenta la historia de un hombrecillo esclavizado por los impulsos de su pene que le empuja hacia un tesoro. Seguramente es una obra provocativa y gamberra de los primeros años de Hollywood".

Por: Giselle Grench

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