Al parecer, tener amigos con derechos es una práctica que se ha popularizado en los últimos años. Los jóvenes y los que no lo son tanto han dejado atrás la creencia de que hay que disfrutar de la soledad mientras llega la persona indicada para amar. La pauta hoy en día la marcan las relaciones pasajeras, en las que después de un buen rato cada quien sigue su camino.
“Cuando eres chamo siempre tienes tus amigos con beneficios”, aseguró Ana Julia quien comentó que hay que ser mente abierta para aventurarse y disfrutar de la confianza que te brinda determinada persona.
Declaraciones como las de Ana Julia fueron el común denominador durante el recorrido de Noticias24 en las calles capitalinas. El dato a rescatar es que todos coincidieron en que hay que tomar sus precauciones para evitar consecuencias irreversibles, como un embarazo no deseado; y tener los cuidados que amerita el caso para no saborear el trago amargo que significa enamorarse sin ser correspondido.
Tener un amigo con derechos no es una experiencia que se prevé, se trata de un hecho fortuito que atrapa a sus víctimas en cualquier lugar.
Un paseo a la playa con un grupo de amigos, una salida al cine o una discoteca son los posibles escenarios en los que una simple amistad pudiera convertirse en algo más. “No es algo que buscas, pasa y ya”, comentó Carolina Terán.
La frontera entre un buen amigo y uno “con derechos” puede estar entre un roce de manos, una mirada delatora o un beso, el dilema está en atender el llamado de la atracción o seguir respetando la distancia que nos separa del otro.
Nuestros entrevistados dieron una voz de alerta: pocas veces se puede conservar una amistad luego de consentir “derechos” entre amigos.
“Tener un amigo así es más relajado, sin compromiso ni estar pensando en el futuro”, comentó Joanma Bastidas al tiempo que advirtió que difícilmente se pueda conservar una amistad después de haber compartido ciertos derechos.
“Siempre habrá cierta incomodidad después que pasan ciertas cosas; y a pesar de que una amistad con derecho puede convertirse en algo bonito si se formaliza, si eso se acaba creo que se rompe la amistad”.A pesar de que usualmente el propósito es tener una aventura y nada más, el riesgo de enamorarse siempre está latente. Lo bueno del caso es que no todos le temen a esta posibilidad, como Josy Hernández que considera que “no hay que temerle a eso, porque así como te enamoras, siempre podrás conseguir a otra persona”.
Las cartas están echadas, en sus manos está la decisión de si vale la pena arriesgarse o no.