No son pues, lo que las mamás llamarían el mejor partido. Lo que sucede es que estos hombres masculinos son los que más tienen éxito entre las féminas. Esto se debe a que ellas, especialmente las más bellas, quieren asegurar que sus hijos tengan buenos genes y por eso prefieren a los hombres con altos niveles de testosterona, hormona que garantiza rasgos masculinos como la quijada grande, cejas prominentes, voz gruesa y pelo en pecho. El problema es que ellas, que siempre lo quieren todo, también anhelan que esos hombres guapos sean hogareños y estén dispuestos a compartir las labores del hogar para asegurar la crianza de los hijos. Desafortunadamente, dicen los expertos, estas dos versiones de hombre, la del macho semental y la del macho hogareño, raramente vienen en un solo paquete.
los hombres quieren maximizar el éxito reproductivo mediante dos vías: una, conocida como la estrategia 'papá', es conseguir una pareja para rato y juntos criar a sus hijos. La otra es tener muchas parejas de corto plazo sin invertir en la crianza de los hijos, la cual ha sido bautizada como la estrategia 'sinvergüenza'. Si pudieran, todos los hombres practicarían esta última, pero como son las mujeres quienes escogen pareja, y ellas prefieren a los más apuestos, los feos no tienen otra opción que ser papás juiciosos. "Los hombres atractivos, al tener un número mayor de oportunidades de parejas sexuales prefieren la estrategia 'sinvergüenza'.
los hombres bien plantados invierten menos tiempo en tener una pareja exclusiva que los feos; son menos honestos, viven menos pendientes de sus compañeras y no las apoyan tanto. "Son mejores amantes que maridos.
Como se observa, la disyuntiva para ellas no es de poca monta. Pero las mujeres resuelven el dilema que supone escoger entre el fiel y el sinvergüenza de diferentes maneras. Algunos estudios científicos señalan que el escenario en el que se desenvuelve una mujer incide en la opción que tome. En países pobres o en vías de desarrollo ellas siguen prefiriendo inconscientemente a los más masculinos porque en condiciones precarias necesitan hombres bien dotados para procurar su sustento y el de los hijos. Pero en los industrializados, donde las mujeres han alcanzado una posición laboral destacada, e incluso donde muchas ganan más que ellos, el rasgo masculino tiende a ser menos importante que el hogareño. En estos casos, ellas prefieren sacrificar los 'buenos genes' de los machos alfa por una compañía a largo plazo que garantice una crianza compartida. Otro porcentaje minoritario intenta, secretamente, ir por todo, con lo que se conoce entre los biólogos como la estrategia 'mixta' de apareamiento. Esta consiste en casarse con un esposo fiel, sólido y comprensivo y tener de amante al hombre atractivo y masculino. Por culpa de esta estrategia se calcula que 10 por ciento de los bebés que nacen en el mundo son de padre diferente al que los cría.
Y si los matrimonios con tipos apuestos son los menos estables, ¿cuáles son los más sólidos? Hay evidencia de que las parejas más felices son las que tienen un nivel de belleza similar. Sin embargo, un trabajo hecho por James McNulty de la Universidad de Tennessee y publicado en 2008 en la revista Family Psychology concluyó que aquellos matrimonios en los que la mujer es más bonita que el hombre tienen más probabilidades de perdurar porque el hombre feo en esta situación tiende a ser más compasivo y positivo con ellas. "El que es más feo que su esposa está obteniendo más de lo que podría esperar y por eso va a trabajar con empeño para mantener esa relación", señaló McNulty en el trabajo. Por el contrario los hombres que son más atractivos que su pareja tienen acceso a mujeres más guapas que su esposa y en esas circunstancias, dice el investigador, "podrían sentirse menos satisfechos y menos comprometidos en el matrimonio".
Cierto o no, en el mundo del espectáculo son cada vez más las mujeres que encuentran a su príncipe azul en hombres que dictan bastante de los parámetros de belleza tradicionales, o para decirlo sin eufemismos, son considerados "feos".
Tampoco se trata de repetir la historia de La Bella y la Bestia, pero parece que la belleza física no es tan importante para las mujeres como para los hombres. Ellas prefieren a una pareja que las apoye, que esté dispuesto a satisfacer sus necesidades, que se muestre sensible a los problemas de la relación.
Nosotros, los hombres, somos unos brutos: Ponemos la belleza por encima de otras cosas. Y aunque no todos somos iguales, los números hablan.
Las parejas donde él es más atractivo que ella suelen funcionar mal, pues ellas tienen la impresión de que él tiene acceso a mujeres más hermosas, mientras que él puede ser menos fiel de lo que sería si su pareja fuera más bella.
Por desgracia, los resultados de este estudio nos deja mal parados a los hombres, que por lo general sólo funcionamos adecuadamente cuando ella lleva la delantera en la cuestión estética, pues muchos hombres llevamos a una mujer hermosa como si fuera un “trofeo”, y nos mostramos más complacientes y comprensivos con alguien que (objetiva o subjetivamente) nos supera en belleza. Aqui les dejo algunas parejas famosas, las cuales; confirman que el amor es totalmente ciego: